Al interior de las selvas chocoanas habitan los indígenas WOUNAAN, reconocidos en el mundo artesanal por la finura de sus canastos de Werregue.
En medio del pacífico colombiano las niñas indígenas desde los 8 años entrelazan las fibras del werregue, una palma que consideran como sagrada, para lavarla con jabón de tierra y luego teñirla con barro, ceniza y sustancias naturales.
Tradicionalmente han sido las mujeres Wounan las que procesan las hojas de palma Werregue para obtener las fibras textiles para elaborar las diferentes artesanías. A los 18 ya son unas expertas tejedoras de jarrones, platos, bandejas y portavasos, para la elaboración de estás artesanías se aplica la técnica de cestería por enrollamiento y costura con aguja. Se pueden demorar más de tres meses en elaborarse, lo que hace que sean piezas únicas, admiradas por su belleza.